viernes, 15 de octubre de 2010

"84, Charing Cross Road", de Helene Hanff, pura delicia literaria

Decíamos ayer...
Esta pequeña joya literaria, perfectamente devorable en una tarde, en el compendio de cartas más original, divertido, increíble y entretenido que haya leído jamás. De hecho, hasta el epílogo o post-scriptum final, no me creía que los personajes y las cartas fueran reales...
Porque estas cartas comenzaron cuando la autora, una guionista americana que sobrevivía a duras penas y sin estudios, pero amante de los libros "usados pero sin manchas", encontró un anuncío de una librería en un periódico de Nueva York. Ni corta ni perezosa, les escribió para hacerles un peculiar pedido.
Su interlocutor, un inglés formal y estirado en apariencia, le responde con esa flema británica tan característica, esa que sólo vemos en las películas inglesas y en los libros de Jane Austen (y que a mí me encanta).
Muy pronto, la correspondencia se vuelve contínua, pasando del intercambio de libros al intercambio de noticias políticas, al tuteo y a las noticias sobre la familia... a la amistad, en pocas palabras, y no sólo con Frank, el librero, sino con todo el personal de la librería, e incluso con la familia de Frank...
Por sus cartas desfilan contratos y despidos, compras de coches, cheques y ruinas, medias de nailon y huevo en polvo.
Y libros, por supuesto.
¡¡Y así durante 20 años!!
Una delicia.

Lo más increíble de todo es que toda esta gente maravillosa existiera de verdad. Lo digo en serio... sentí una envidia real al leer esas cartas. ¡Yo también quiero que me escriban, jajaja!

2 comentarios:

  1. De verdad que no acabo de entender por qué no me ha enganchado esta historia en ningún momento. La compré con toda la ilusión y me la leí, como dices, en una tarde, pero no acabó de entusiasmarme. Quizá tenía demasiadas expectativas. En fin! me alegro de que te gustara tanto.
    Saludines

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  2. Hola!! Yo, al contrario que tú, no me esperaba gran cosa, y sorpresa!! Lo que más me ha gustado ha sido la espontaneidad de la escritora, quizás eso es lo que me llevó a pensar al principio que se trataba de una obra de ficción, escribir con tanto morro a un inglés... impensable!!!
    De todas maneras, como dicen, para gustos están los colores, ¿verdad?
    Un saludo lector. Nos leemos.

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