lunes, 26 de marzo de 2012

"Los descendientes" de Kaui Hart Hemmings, tragicomedia en el paraíso

Decíamos ayer...
Debo reconocer que he llegado a este libro tras ver la película, que si no, habría pasado sin pena ni gloria. Es más, seguramente no se habría editado en nuestro país. Y habría sido una pena, porque ha sido una sorpresa más que agradable.
Esta novela comienza en mitad de un drama familiar: una madre en coma tras un accidente nautico, un padre desconcertado que se encuentra de pronto con que tiene que hacerse cargo de unas hijas de las que no se ha ocupado jamás (aunque la madre no es que lo haya hecho precisamente bien tampoco: alcohólica, pasota...). La pequeña es una cría estrafalaria y genial y la mayor ha tenido sus más y sus menos con las drogas. Una cosa está clara, su esposa va a morir y él no tiene ni idea de cómo ocuparse de su familia. Además, el pobre hombre descubre que su mujer tiene ciertos secretos que terminarán por hundirle en la miseria.

Lo que más me ha gustado de la novela es que la autora podría haber escrito uno de esos dramones con los que haces rico al fabricante de kleenex de turno, pero la verdad es que en muchas ocasiones se te escapa una sonrisa. 
Narrada en primera persona y desde el punto de vista de Matt, el padre de las criaturas y esposo doliente, lo bueno es que precisamente evita esas escenas autocompasivas y lloronas. Los personajes son originales, con el punto de locura y ternura justos para que la historia no parezca una parodia.
Yo destacaría especialmente los personajes de Scottie, la hija pequeña, criatura extraña donde las haya, y el de Sid, el no-novio de la hija mayor, un fumeta que parece no pintar nada pero que sin embargo resulta, en cierto modo, la salvación de la familia.
Además, la sin par ambientación hawaiana, la historia familiar (princesas, amores prohibidos) y una trama inmobiliaria que no me termina de cuadrar.
Sin duda, una novela recomendable, entretenida, bien escrita, ambientada y divertida a pesar de su trasfondo dramático.

P.S. A los que les haya gustado la película les digo que se atrevan con el libro porque es prácticamente igual, con alguna escena más. Pocas veces he visto una adaptación más fiel.

sábado, 10 de marzo de 2012

"El misterio del cuarto amarillo" de Gaston Leroux, habitación cerrada-crimen imposible...

Decíamos ayer...
Nos encontramos ante una de esas novelas que se han convertido en un clásico del género negro, de esas imitadas una y otra vez, a medio camino entre las novelas de Holmes y ese Poe de los "Crímenes de la calle Morgue", aunque con un toque de humor.
Nos cuenta una historia de crimen imposible, como suele ser habitual. En esta ocasión el asesinato fallido de una mujer, Mathilde, que se encontraba encerrada a cal y canto en el famoso cuarto amarillo. Tras el intento de asesinato, el asesino escapó, esfumandose cual voluta de humo dejando tras de sí unas pistas un tanto incongruentes. ¿Imposible?
Solo un policía con fama de gran investigador y un jovencito periodista con ideas algo estrafalarias pueden ser capaces de resorlver este asombroso enredo...

Lo bueno de esta historia es, sin duda, el toque de humor que la envuelve, aunque este va perdiendose a medida que avanza, lo cual llega a hacerla quizás algo pesada, ya que he tenido la sensación de que se alarga innecesariamente.
De hecho, una vez que se conoce el nombre del asesino, durante la resolución del caso, en la escena del juicio, el hecho de que la escena sea tan larga hace que haya perdido el interés en más de un momento y solo lo haya retomado cuando el autor ha contado -en petit comité al narrador- los motivos del asesino para cometer el crimen.
Mención aparte merece un recurso del autor para narrar la historia y hacer ver los diferentes puntos de vista de los personajes y no es otro que cambiar de narrador, usando recursos tales como artículos periodísticos, diarios o libros de notas.

En definitiva, se trata de una historia entretenida y detallista, aunque quizá tanto detalle llegue a cansar hasta cierto punto, aunque la verdad es que el personaje de Rouletabille, el genial periodista e investigador es uno de los más curiosos y geniales que he encontrado en mucho tiempo, y se merece estar a la altura del mismísimo Holmes.