viernes, 29 de octubre de 2010

"Pantano de sangre", de Douglas Preston y Lincoln Child, Pendergast se cabrea, eaeaea

Decíamos ayer...
Tras un par de novelas un tanto flojuchas aunque entretenidas, como siempre, vuelve el Pendergast que todos los fans adoramos.
¿Que quién es Pendergast?
Aloysius X. Pendergast, un agente especial de FBI paliducho, siempre impecable, con un sentido del humor muy particular, por no decir inexistente, con una familia con unos antecedentes para olvidar es el protagonista de una serie de novelas llenas de fantasía y acción con fans que se cuentan por legiones. Sureño, finolis y con un unos métodos de investigar muy poco ortodoxos hacen que no sea demasiado fácil trabajar con él, pero hacen que los fans lo adoremos, y eso que es despiadado, antipático, desagradable... aunque, eso sí, con unos modales impecables, un Rolls (no, dos), una plantación en Nueva Orleans, un apartamento en el edificio Dakota en Nueva York...
Sus colaboradores, que juntos o por separado salen en casi todas sus novelas son policías, arqueólogos o periodistas... pero atención, los autores no tienen piedad, si empezáis a leer esta serie de novelas, no le cojáis demasiado cariño a nadie. Cualquiera puede ser un traidor o morir de una manera horrible.
En esta entrega en particular, que nos venden como la única en la que Pendergast se toma el asunto como algo personal, y algo de eso hay, el agente especial descubre que su amada esposa, muerta hace años en un accidente de caza en África, fue asesinada.
Escenarios como África, Nueva Orleans, Maine... leones asesinos, loros, locos, farmacéuticos, cuadros desaparecidos, venganza... traición...
Como siempre la ambientación en fantástica, y ver perder los papeles a Aloysius (los nombres en esta familia son maravillosos) merece la pena, pero para variar hay un pero... uno chiquitito... y es que la historia no termina, hay un continuará.

martes, 19 de octubre de 2010

"Memorias de una superviviente" de Doris Lessing, nuevamente el fin de la civilización

Decíamos ayer...
Esta es una de esas novela que te dejan un regusto extraño.
Aburrida a trozos (la mayoría, sobre todo el principio, que es el peor momento en un libro, a mi parecer), muy entretenida a partir de la mitad y con un final que te deja tan insatisfecha que te hace lanzar un juramento.
La premisa inicial es la de todo libro sobre el futuro que se precie. Tras un suceso que no se menciona, al parecer una revolución tecnológica, todos los aparatos han dejado de funcionar, y el caos se ha adueñado de la civilización.
Los medios de transporte se han reducido a la mínima expresión (sólo viajan los gobernantes y los que tienen el dinero suficiente para los sobornos), las comunicaciones están controladas por los mismos y hablan de paises lejanos y ajenos en todo, y la gente se ha vuelto salvaje y errante... y violenta, sobre todo los jóvenes.
El comercio se reduce al trueque y las principales mercaderías son el agua y los sucedáneos de carne, etc.
En tal panorama se mueven los protagonistas, una anciana, una jovencita dejada a su cargo y la mascota de ésta, Hugo.

Aquí veremos escenas impactantes, como cuando las bandas de niños atacan a animales y asesinan a personas, se insinúa el canibalismo, los abusos sexuales a niños, etc.
La pena es que la autora aprovecha para dar lecciones sobre socialismo, el fin de la civilización y moralidad, algo absurdo... ya que ella misma insiste en que estas, junto con las antiguas normas, ya no existen, remarcando una y otra vez la violencia y ciertos comportamientos de Emily, la adolescente, que emprende una relación sexual con tan solo 13 años.
Si se hubiera limitado a escribir una historia de ciencia-ficción, violenta y sin paranoias (si no, que alguien me explique lo de la casa del otro lado de la pared), hubiera sido mejor para los lectores, al menos para mí. 

viernes, 15 de octubre de 2010

"84, Charing Cross Road", de Helene Hanff, pura delicia literaria

Decíamos ayer...
Esta pequeña joya literaria, perfectamente devorable en una tarde, en el compendio de cartas más original, divertido, increíble y entretenido que haya leído jamás. De hecho, hasta el epílogo o post-scriptum final, no me creía que los personajes y las cartas fueran reales...
Porque estas cartas comenzaron cuando la autora, una guionista americana que sobrevivía a duras penas y sin estudios, pero amante de los libros "usados pero sin manchas", encontró un anuncío de una librería en un periódico de Nueva York. Ni corta ni perezosa, les escribió para hacerles un peculiar pedido.
Su interlocutor, un inglés formal y estirado en apariencia, le responde con esa flema británica tan característica, esa que sólo vemos en las películas inglesas y en los libros de Jane Austen (y que a mí me encanta).
Muy pronto, la correspondencia se vuelve contínua, pasando del intercambio de libros al intercambio de noticias políticas, al tuteo y a las noticias sobre la familia... a la amistad, en pocas palabras, y no sólo con Frank, el librero, sino con todo el personal de la librería, e incluso con la familia de Frank...
Por sus cartas desfilan contratos y despidos, compras de coches, cheques y ruinas, medias de nailon y huevo en polvo.
Y libros, por supuesto.
¡¡Y así durante 20 años!!
Una delicia.

Lo más increíble de todo es que toda esta gente maravillosa existiera de verdad. Lo digo en serio... sentí una envidia real al leer esas cartas. ¡Yo también quiero que me escriban, jajaja!

sábado, 9 de octubre de 2010

"99 ataúdes" de David Wellington, vampiros en la Guerra Civil Americana

Decíamos ayer...
La segunda parte de la trilogía vampírica de David Wellington nos lleva a la famosa batalla de Gettysburg, la que decidió la Guerra Civil Americana.
La novela nos cuenta dos historias alternativamente.
Por un lado, en el presente, nos cuenta que unos arqueólogos han hallado cien ataúdes en una excavación en el campo de batalla de Gettysburg, 99 de ellos están ocupados y uno está vacío. El problema es que los ocupantes son vampiros.
Lo cual quiere decir que un vampiro anda suelto...
Laura Caxton será la encargada de pillarlo, ya que Arkeley quedó malherido en su batalla final contra los vampiros al final de la primera novela.
La sorpresa es que el vampiro quiere... ¿matar a Justinia Malvern, la "entrañable" vampira que ahora Arkeley protege y alimenta?
Por otro lado, en el pasado, mediante cartas  y diarios, asistimos a la explicación de la creación de ese ejército de 100 vampiros, quienes son y para qué fueron creados... y por quién.
La segunda batalla de Gettysburg está servida y el final es realmente sorprendente...

Sin tanta acción como la primera parte, al menos en la primera mitad de la novela, lo bueno de este libro es la parte de los diarios y testimonios de Alva Griest, es decir, el soldado de la Unión. La ambientación del siglo XIX, y la escenificación de la batalla de Gettysburg y de la Guerra Civil (a mí me gusta llamarla de Secesión, pero es que he visto muchas pelís antiguas, jejeje) están logradísimas, ya que el autor ha contado con la ayuda de especialistas en el tema que trabajan en el actual Parque de Gettysburg. Trata el tema con muchísimo cuidado, se nota que le gusta, y se agradece, teniendo en cuenta que se trata de una novela que, a priori, podría haberse ambientado con cuatro detalles tontos y punto.

Esperando ya la tercera y última parte "Vampiro cero" (este mes o el siguiente), que promete ser de traca, visto el final (no del todo impredecible, conociendo a Malvern...) sólo espero que el autor no desee alargar la trilogía innecesariamente, como sucede en ocasiones, solo por la pasta.

viernes, 1 de octubre de 2010

"El silencio del bosque" de Tana French, es lo mismo pero no es igual

Decíamos ayer...
Esta novela, la primera de la autora, cuenta una historia que tiene poco de original.
Nos cuenta la historia de dos crímenes alejados en el tiempo pero ocurridos en el mismo lugar. Los policías encargados de investigarlo, una pareja de detectives con una química poco usual, sospechan que pueden estan relacionados. Además, uno de los policías tiene una implicación muy personal en el caso antiguo, ya que él sobrevivió mientras que sus dos mejores amigos desaparecieron sin dejar rastro.
Hasta aquí las semejanzas con cualquier novela de detectives al uso porque, empezando por el lugar donde se sitúa la trama,  una inusualmente poco idílica Irlanda, hasta la forma de narrar de la autora, llena de alusiones a la cultura popular (series de televisión, música, etc.), hacen que la lectura sea un placer.
Por otro lado, aunque la trama principal es la investigación de los crímenes (sorpresa final incluída), esta novela es, al menos a mi parecer, la crónica de una amistad, la de los dos protagonistas, desde sus comienzos hasta... (hasta ahí puedo decir, por si alguien se anima a leerla, jejeje).
Debo decir que no es una novela de acción, pero tampoco es una novela fría-estilo-nórdico, tiene momentos muy divertidos, y el punto fuerte de la autora son los diálogos (las escenas de las cenas y los interrogatorios son impagables). Además, los personajes son muy creíbles porque son de todo menos planos, si no, fijaos en Rosalind...
El protagonista se presenta diciendo que es capaz de todo para averiguar la verdad, y que miente. Yo diría que eso refleja la manera de narrar de esta autora, muy alejada del estilo habitual, lo cual es de agradecer.
Si hay que ponerle un pero, es que una de las tramas queda abierta, por lo que quizás haya segunda parte, y esto empieza a ser una maldición.
P.S. La historia de la protagonista femenina continúa en una segunda novela llamada "En piel ajena", que aún tengo en la recámara, así que no sé si es el "continuará".