jueves, 24 de enero de 2013

"La elegancia del erizo" de Muriel Barbery, pretencioso disfraz

Decíamos ayer...

Esta novela pretende ser una deliciosa fábula de lo que esconden las apariencias, a la vez que una crítica de la sociedad contemporánea francesa, a cuya clase burguesa no deja precisamente bien.
A estas alturas mucha gente conocerá ya o bien el libro o la película, que narra la historia por un lado de una portera al parecer fea e ignorante que sin embargo es culta y amante del arte y el cine, y de una de las inquilinas del edificio que guarda, una niña de apenas 12 años, un tanto repelente, superdotada y amarga, y a la vez tímida. La llegada de un tercero en discordia, por así decirlo, unirá a estas almas gemelas, que parecían destinadas a no encontrarse jamás a pesar de vivir a escasos metros de distancia.
 
De acuerdo, la premisa de que las apariencias engañan es bonita a priori, pero la novela se hace algo cansina en filosofías si no son lo tuyo, y la verdad es que los personajes filosofan una barbaridad. Mirándola con frialdad, la historia en sí, los hechos, no son gran cosa y pasa bien poco, y el libro solo destaca por ser un ejercicio de estilo diferente, en el que se alternan dos narradoras en primera persona, la niña y la portera, cada cual con sus filosofías, sus narraciones de lo que les sucede a diario y poco más. Para cuando pasa algo de verdad, ha pasado bastante más de la mitad del libro y se tiene la sensación de que se ha entendido poco o nada de los pensamientos de las protagonistas (la filosofía no es lo mío, quizás) y solo esperamos que la historia en sí avance algo.
En definitiva, para mí la novela adolece de un exceso de pretenciosidad que la lastra y que logra que el final no conmueva lo suficiente.
En todo caso, no se puede negar que, a pesar de que es un libro difícil, está bien escrito y está plagado de un delicioso sentido del humor muy francés que para mí es lo mejor de la función. 

miércoles, 16 de enero de 2013

"Culpa" de Ferdinand von Schirach, amarga justicia

Decíamos ayer...
Pocas veces una prosa tan seca, quirúrgica, me ha hecho disfrutar tanto como los relatos de este abogado alemán, que ya me sorprendió con su anterior antología, llamada "Crímenes".
Basados también en sus propios casos, la única diferencia entre estos y los anteriores, podría ser una menor cantidad de relatos positivos. Aquí hay más dolor, más finales terribles y menos sentido del humor con diferencia. Además, están narrados con tanta frialdad, sin florituras, sin lenguaje accesorio, que los hace más terribles si cabe. Eso sí, acaba con una nota final de humor, como para dejarnos con una sonrisa y un buen sabor de boca que borre el amargo poso restante que, no debemos olvidar, está basado en el trabajo diario del autor como abogado.
 
Crímenes en lugares idílicos, crímenes que no llegaron a serlo por poco, suicidios que llegaron cuando todo parecía ir bien, asesinos casuales o no tanto, monstruos cotidianos y niñas inocentes o no tanto forman parte de esta antología recomendable para gente que no busque cataplasmas ni frases bonitas, sino un lenguaje eficiente y que cuente con frases cortas una realidad que tenemos ante nuestros ojos y que no la vemos hasta que nos toca.


lunes, 14 de enero de 2013

"Una vacante imprevista" de JK Rowling, drama microscópico

Decíamos ayer...
Se equivoca la editorial al intentar vender la primera incursión de la madre de Harry Potter en la novela para adultos como una historia humorística o de intriga, porque ambas brillan por su ausencia. Ante todo, es un retrato sucio y realista de un pequeño pueblo inglés y de las relaciones entre sus vecinos, de sus pequeñas miserias hogareñas, contadas con tanto detalle que algunos llegan a estomagar.
Evidentemente, no es una novela para impacientes ni para aquellos que busquen un mero entretenimiento, ya que se puede llegar a hacer larga, no solo por su extensión, sino porque realmente "no pasa nada", es decir, no hay una trama concreta -ni misterio, ni asesinatos, ni nada parecido- más allá de las pequeñas rencillas entre vecinos, compañeros de clase o dentro de cada hogar o microcosmos, pues aquí cada personaje vive su propio drama, a cual más terrible: violencia de género, violaciones, drogodependencia, muerte, bullying... Alegría a raudales, como se puede ver.
No es una historia facil ni en cuanto a temas ni en cuanto a personajes, ya que al principio llega a ser difícil el seguimiento por la enorme cantidad y cierta similitud entre ellos, sin embargo, creo que merece la pena atreverse a descubrir una novela fresca en cuanto a estilo o al menos en su forma valiente de tocar ciertos temas, criticando abiertamente un sistema en crisis o la hipocresía de una población que dice preocuparse de sus semejantes siempre y cuando no le rocen.
Volviendo al principio, espero que el hecho de vender esta historia bajo "falsas premisas" no haga perder a la autora unos lectores que se perderían una novela que está entre lo mejor que he leído en mucho tiempo con diferencia.
Aunque solo sea por su valentía ante semejante cambio de tercio, chapó por ella.