martes, 19 de noviembre de 2013

"Domiciano, Dominus et Deus" de Lindsey Davis, el que no fue TAN malo...

Decíamos ayer...

Nos encontramos ante una nueva novela "romana" de Lindsey Davis, pero esta vez no se trata de una de las pertenecientes a la serie de Marco Didio Falco o la iniciada hace poco con su hija. Esta vez se trata de contarnos la vida del emperador Domiciano, hijo de Vespasiano, desde el momento en que accede al cargo hasta su muerte (o más bien asesinato). A la vez se nos cuenta la historia de gente que le rodeaba, tanto personas que existieron como personas que no lo hicieron: peluqueras, su esposa, pretorianos... Básicamente, se trata, o pretende ser, un retrato de una época.

Domiciano no era un buen tipo, dejémoslo claro. Paranoico, obsesivo, hipocondríaco, supersticioso, sospechaba de todo y de todos, y a veces incluso tenía motivos para hacerlo. Se llevó por delante a mucha gente, pero, como la misma autora señala, no se cargó a más que otros emperadores de buena fama como su buen padre Vespasiano o el mismo Tito, su adorado hermano. En parte, esta novela, aunque nos retrata a un Domiciano poco agradable, pretende lavar un poco su leyenda negra, o tal vez decirnos que los buenos no eran tan buenos.

Bien ambientada, con detalles que hacen que los personajes sean muy cercanos, ya que son muy poco ceremoniosos, asistimos a juegos, ritos, ejecuciones, batallas... en una novela, eso sí debo decirlo, tal vez demasiado larga, que adolece de un exceso de texto, aunque tampoco se hace aburrida en ningún momento, dada la ironía y el humor de la autora.

Los personajes principales, Vinio y Lucila, pretoriano y peluquera de la familia gobernante, recuerdan un tanto a los conocidos Falco y Helena Justina, tanto en caracteres como en sus diálogos  directos y llenos de pullas etc. Incluso su relación recuerda a ellos, por su compañerismo y amistad, más allá de la relación amorosa. Incluso, a modo de guiño, vemos que él es hijo del jefe de los vigiles de la serie Falco. Esto ha hecho que yo la haya leído con la sensación de estar leyendo casi una parte más de la serie, lo cual no sé si es bueno o malo para lectores no fans.

Yo diría que es interesante sobre todo, más allá de la historia en sí, por los detalles de la época. Yo he aprendido mucho sobre la vida diaria en aquella época, sobre todo la de los guardias pretorianos, o sobre estados jurídicos, derechos de las mujeres casadas o solteras, incluso viudas, además de escándalos de la época, como vestales que rompieron sus votos de castidad o personas conocidas que fueron ejecutadas por confabulaciones.

En definitiva, una lectura para tomársela con tranquilidad debido a su largura, pero que merece la pena por su humor y por las conclusiones que se pueden sacar de ella. Y es que, en el fondo, qué poco hemos cambiado.